Para reflexionar

Para reflexionar: Un cambio en la percepción de los roles de género

Publicado por laurap on

La sociedad y los medios de comunicación nos dicen cómo actuar desde pequeños. Estas desigualdades de género en la niñez se están convirtiendo en las desigualdades de género de la vida adulta. Y cuando intentamos solucionar el problema, ya es demasiado tarde. Estas disparidades tienen sus raíces en la infancia y nosotros como maestros tenemos el poder de hacer algo al respecto. Es tiempo de replantearnos los roles de género en nuestra sociedad y tener conversaciones incómodas para realmente lograr el cambio.

Muchos de nosotros queremos un mundo sin desigualdad de género pero antes tenemos que ser sinceros con nosotros mismos en cómo nosotros lo reforzamos. Si queremos equidad primero tenemos que crearla. Las desigualdades de género no pueden existir si no se perpetúan.

Esta percepción en los roles no solo existe en casa, sino en la escuela y en general en toda la sociedad. La próxima vez que interactues con una niña, olvídate de complementar su apariencia. En cambio, pregúntale sobre un libro que haya leído o cuál es su animal favorito. La próxima vez que interactúes con un niño pregúntale sobre sus temores, les da la oportunidad de compartir sus emociones y participar en actividades de cuidado.

LAS NIÑAS PUEDEN SER FUERTES Y LOS HOMBRES SENSIBLES

Enseñar a las niñas que pueden ser fuertes e independientes y a los niños que pueden ser sensibles es fundamental. Las niñas deben de hacerse escuchar desde chicas y aprender que su opinión vale lo mismo que la de los niños. Que el ser fuerte o independientes no son características exclusivas masculinas. Los hombres desde niños tienen que aprender a compartir sus emociones y que no es una característica femenina ni signo de debilidad.

Además, no es que los niños no tengan emociones, sino que en nuestra sociedad se les enseña a no mostrarlas. El reprimir las emociones es algo que puede resultar contraproducente, ya que la tristeza se puede tornar en ira y violencia. En la actualidad, el enojo es la única emoción que el hombre sí tiene permitido compartir sin ser juzgado. Así que cuando les damos la oportunidad a los hombres de compartir todas sus emociones podemos construir una nueva masculinidad más libre y menos violenta.

Los hombres y las mujeres no tenemos que ser rivales, sino construir una igualdad de oportunidades en todos los aspectos y es importante que nosotros desde el salón de clases sembremos esta semilla. Nosotros como maestros tenemos que tener muy claro que educar va más allá de la transmisión de aprendizaje. En realidad, estamos ayudando a la formación de seres humanos.